El pasado 16 de junio de 2025, a la edad de 54 años, nuestra querida hermana Eva María Domínguez Ibáñez, esposa del pastor Félix Valtueña, descansó en el Señor. Su partida ha dejado un profundo vacío en el corazón de su esposo, su familia y toda la Iglesia, pero especialmente una huella imborrable en todos los que tuvimos el privilegio de conocerla.
Su desenlace ocurrió tras una enfermedad repentina que apenas le dio tiempo para reaccionar. Eva supo llevar este proceso con valentía, sostenida por su fe y el amor incondicional de su esposo, quien permaneció a su lado hasta el último momento.
El servicio fúnebre fue celebrado el 21 de junio en la Iglesia Adventista de Barcelona (Urgell), a las 17:30 horas, en un ambiente cargado de amor, gratitud y esperanza en la resurrección. La iglesia estaba llena: una muestra conmovedora del cariño y aprecio que tantas personas sentían por Eva, provenientes no solo de las iglesias de Sabadell, Manresa, Vitoria, Zaragoza y Liria, sino también de diferentes iglesias de Barcelona, su comunidad más cercana.
El programa fue abierto por el pastor Francisco José Camacho, quien dio la bienvenida a todos los asistentes, entre ellos familiares, amigos y hermanos en la fe. Estuvieron presentes el padre de Eva, su esposo Félix, su hermano Víctor, así como numerosos familiares, compañeros y miembros de iglesia.
Momentos emotivos
El himno 69, preferido por Eva, fue anunciado por el pastor Petrisor Gheorghe, y entonado con profundo sentimiento. La oración inicial fue elevada por Carlos Catalán, seguida por la lectura del Salmo 16, a cargo del pastor Andrés Prieto. Luego, Ruth, hija del pastor Petrisor, interpretó al piano el himno «Más cerca, oh Dios, de Ti», en un momento especialmente emotivo, sencillo y cargado de paz.
A continuación, el hermano de Eva, Víctor, compartió una reseña cargada de memorias y afecto. Posteriormente, Nancy Figueras, directora de AMAF, y el pastor Richard Ruszuly, secretario ministerial, expresaron el profundo pesar del Ministerio Pastoral Adventista en España. Ambos hablaron con ternura y solemnidad, en nombre de todos los compañeros pastores y sus esposas, reconociendo la pérdida de una mujer ejemplar. El pastor Ruszuly además, interpretó el himno «Condúceme, Maestro, por tu bondad», acompañado por el sentimiento de toda la congregación. Un himno que destaca la necesidad de seguir pidiendo al Señor, su guía, especialmente en momentos de incertidumbres y de golpes para la fe.
El mensaje espiritual fue presentado por el pastor Óscar López, presidente de la Unión Adventista Española, quien trajo palabras de consuelo basadas en la esperanza bienaventurada de la segunda venida de Jesús.
El culto concluyó con el himno 169, anunciado por el pastor José Saavedra, seguido de la oración final elevada por el pastor Daniel Moreno. Finalmente, el pastor Francisco Camacho cerró el servicio con palabras de gratitud y ánimo.
Eva, una mujer llena de vida, comprometida, afectuosa y muy querida
Eva fue una mujer llena de vida, atenta, afectuosa, profundamente comprometida con la Iglesia, y amada por todos. Su legado trasciende su partida. Aunque descansa, su influencia sigue viva. Su ejemplo, su servicio, su alegría y su fe siguen hablando de ella, y continúan reflejando a Cristo.
Todo el cuerpo pastoral llora, juntamente con el pastor Félix Valtueña, la pérdida de su amada esposa. Pero lo hacemos con la esperanza firme de que un día, muy pronto, nos reencontraremos en la eternidad.
Concluyo con la lectura del texto de Apocalipsis 14:13, como testimonio de la esperanza que nos sostiene:
«Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen».
Eva ha pasado al descanso, pero su luz no se apaga.
Su vida sigue hablando.
Nuestras más profundas condolencias.
¡Hasta muy pronto, querida Eva!
Autor: Richard Ruszuly, secretario ministerial de la Iglesia Adventista del Séptimo Día en España.